sábado, julio 21, 2012

Los alemanes: un pueblo de racistas genocidas

La crisis económica, política, institucional y hasta moral que azota occidente comenzó en Wall Street. El sionismo, entendido aquí como lobby financiero y mediático que controla las palancas del poder real en los Estados Unidos, perfílase como principal sospechoso de ser el único y directo responsable del desastre. Esta debacle, que está destruyendo el Estado social y democrático de derecho en Europa, va empero mucho más allá de los escándalos por la asombrosa desregulación de los flujos de capital y la impunidad bancaria. Toda una constelación de síntomas permite presumir que la crisis forma parte de la agenda bíblica del imperialismo israelí en Oriente Medio. La construcción del Eretz Israel requiere una Europa débil, absorta en sus propios problemas, y dividida. A tales efectos de intoxicación hay que poner en circulación viejas consignas, como el antifascismo y la germanofobia. Stéphane Hessel, el judío de Buchenwald que hiciera estallar la pólvora -mojándola al mismo tiempo- del movimiento de los indignados, se ha encargado de reactivar los reflejos condicionados de la Résistance française, cuyo espíritu "antifascista" habría, al parecer, que resucitar para -risas en off- combatir a... Goldman Sachs. Únicamente un sinvergüenza empetrecido como Hessel tendría la desfachatez de identificar con "los nazis" y demás morralla propagandística hollywoodiense el cáncer que corroe las entrañas de las "sociedades capitalistas de libre mercado". Es el mundo que juzgó y condenó al Tercer Reich -"dispositivo de dominación" cuya ideología se resume en el "antifascismo"- aquello que muestra actualmente su "verdad", sin excusas. Derrotados el fascismo y el comunismo, había llegado el momento de hacer realidad los sueños liberales. ¿Qué ha sucedido? Que los sueños, sueños son. En su lugar, se ha fabricado un nuevo enemigo "absoluto", el islamismo radical, mientras inténtase con sonriente cinismo reactivar los oxidados estigmas del pasado, metiendo fascismo, bolchevismo, yihad y "lo que haga falta" en el gran saco de los "enemigos de la libertad", antiguos y nuevos monstruos que justificarían la redoblada producción de armamentos, las intervenciones imperiales en Eurasia y demás actuaciones "humanitarias" de Washington... Apelar al antifascismo para combatir las fechorías de los Madoff es una impostura que sólo se puede explicar como maniobra de la propia oligarquía transnacional para desviar los odios de las masas a la casta política hacia los chivos expiatorios instituidos como tales en 1945. Y es en este contexto de desplazamiento de responsabilidades y búsqueda de cabezas de turco que aparece también la germanofobia. Alemania, y no Wall Street, ha de tener la culpa del calvario de los trabajadores europeos. Fácil expediente contra el que resulta incómodo protestar, pues uno pasa a ser inmediatamente tachado de "fascista" (la acusación más fácil y barata que arrojarse pueda a la cara de alguien, pues sale gratis a pesar de que significa "genocida asesino").  La idea de que los alemanes "son" racistas y quieren dominar Europa; de que vivimos bajo la bota del IV Reich, etc., es un narcótico idiotizante que da mucho juego; los banqueros sionistas deben de sentirse a gusto burlándose de los pequeños canallitas saltarines -producto de décadas de lavado de cerebro- que se "tragan" semejantes películas, pero lo cierto es que, como dicen los mormones, "dios funsiona". Pedro J. Ramírez escribe en su "Carta del Domingo" la siguiente impudicia: "No habría que manifestarse ante La Moncloa, sino ante la embajada de Alemania" ("El Mundo", 22 julio de 2012, p. 2). La germanofobia está pasando así de los niveles antifascistas y sectarios donde era relativamente razonable esperarla, a los titulares de prensa. Pero también entre "filósofos" próximos al Partido Popular o CCC se "razona", se "argumenta" que Alemania es la causa del mal. Mientras tanto, en Israel ya afilan los cuchillos para el asalto a Siria, estado cuya destrucción marcará la señal para el inicio de la nueva ofensiva pro "derechos humanos" -!como lo oyen!- contra Irán. Es decir, para la próxima masacre; ahora "le toca" al pueblo iraní.

Un genio de la filosofía de compras por el cortinglés.
Los alemanes "son" racistas

Acusación racista de racismo. Esta idea incongruente  y que hemos escuchado tantas veces en su formulación popular habitual, a saber, "los alemanes son racistas", la publicita empero una página de filosofía que califica a los filósofos de la Universidad de Barcelona de mediocres y decrépitos. Para más inri, el autor o autores de tales consignas completan su aportación al racismo de la extrema derecha sionista, es decir, a aquello que AGON entiende por "libertad de pensamiento", con un ataque a la lengua alemana que  la convierte en sinónimo de exterminio, opresión, intolerancia, genocidio, oscurantismo y quizá, o poco les falta a los autores, en explicación tardía y sobrevenida de la muerte de Manolete:

¿Es esto filosofía? !Y encima quiérese filosofía "políticamente incorrecta" a efectos estético-nietzscheanos! Pero se trata, en realidad, de economía pirata: hay que recordarles a los alemanes "el Holocausto" a hora y deshora con el fin de que sigan abonando puntualmente la letra mensual de su "deuda" metafísica. Una deuda en realidad impagable pues resulta que los boches representarían el mal absoluto y tal enormidad, como era de prever, no hay manera de saldarla nunca. Circunstancia que obligaría al pueblo alemán a apoquinar recursos materiales y simbólicos, indefinidamente y sin límites, por toda la eternidad. Saqueo que practicaríase, en primerísimo lugar, en provecho de Israel, pero también de los países que fueron ocupados por la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania debería así pagar la bancarrota griega, también la italiana, si llega el caso, y quién sabe si la francesa o incluso la española (¿a cuenta de la Legión Condor?).

El alemán como idioma del crimen. Curiosamente, ¿cuál sería el presunto fundamento filosófico de esta desmelenada inquisición? Pues nada menos que Nietzsche, un filósofo alemán que escribe en alemán... ¿Y qué les reprocha AGON a los alemanes? Haber traducido la Biblia, por primera vez, a una lengua nacional. Así, o bien los primitivos autores de las Sagradas Escrituras eran unos germanos extraviados en el desierto del Neguev, y no judíos como siempre se nos había contado (asombroso hallazgo que convertiría a AGON en el arqueólogo más importante de la historia), o bien esas ideas religiosas hebreas sólo se convirtieron en factor intelectual criminógeno y obscurantista al pasar del griego, el latín, el hebreo o el arameo al alemán de Lutero. Antes no. En los siglos que precedieron a dicha traducción no se localizaría racismo alguno ni vocación de exterminio en los textos sagrados de la Torah judía. El Libro de Josué, por ejemplo, sería, o bien un texto pacifista, o bien el producto doctrinal de uno de esos "hunos" desplazados al sur de los que, sin enrojecer de vergüenza, depende secretamente la requisitoria de los supuestos "filósofos" de AGON.

El autor del lamentable panfleto -quienquiera que sea este personaje- ha seleccionado aquí y allá unas cuantas críticas de Nietzsche a los hiper-civilizados alemanes del II Reich; ha convertido a "los alemanes" en general en esto o aquello y ya tenemos la identificación del germánico pueblo con la perpetua amenaza  que pesa sobre "la humanidad". Como si a Nietzsche le hubiera importado un higo "la humanidad" y el autor de El Anticristo tuviera algo que ver con semejante lenguaje "liberal", típico de excrementos humanos andantes como los Bush (padre e hijo), los cómplices racistas de la Nakba y todos los demás fariseos hipócritas del nacionalismo ultraderechista israelí. Pero Nietzsche, conviene recordarlo, no les reprochó jamás a sus compatriotas que fueran racistas, autoritarios, imperialistas, etc., sino más bien que la bestia rubia se autointoxicara con el género de ideas judías desde cuya hipócrita atalaya -sita actualmente en Tel Aviv- condena el AGON "racialmente" a "los alemanes", mientras mira hacia otro lado para no ver Deir Yassin. Reproduzco a continuación algunas de las imputaciones germanófobas de la página AGON:
Tal defensa del alemán como idioma de la cultura, de la ciencia y de la economía no dejaría de ser una muestra irrisoria del más patético nacionalismo alemán y no sería digna de atención si no fuera por el hecho de que se trata de un pueblo y una cultura que puede ser digna de todo, menos de admiración y ejemplo a seguir. ¿Qué tiene de especial la lengua alemana? ¿Qué cultura representa el idioma alemán? ¿Qué ha hecho de destacable históricamente el pueblo alemán? (...) / ¿El alemán como idioma de las ideas? Sí, de las ideas de exterminio y esclavización de todo aquel que no fuera "ario" o de ideas tan edificantes como las que se encuentran en la Kristische der praktischen Vernunft, en la Wissenschaftslehre o en la Phänomenologie des Geistes y que encontraron su plena culminación en el Mein Kampf y en la promulgación de las leyes de Nuremberg.
Beethoven, conocido asesino en serie.
Está refiriéndose el autor a obras de grandes clásicos del pensamiento filosófico europeo para relacionarlas con el antisemitismo del Mein Kampf, pero no explica, ni mucho menos documenta, qué vínculos serían esos. Escribe arrogantemente desde la autoevidencia masturbatoria de su autismo germanófobo -felado del pene talmúdico de Hollywood- y, claro, ya no necesita el "agónico" "filósofo" fundamentar nada. Cuenta con la complicidad de una enorme masa de lobotomizados cinéfilos y cajatontófilos. ¿Dónde se acredita el supuesto racismo de un Kant o un Hegel? Desconocemos el pasaje y el "genial" autor de la octavilla sionista no nos sacará jamás de nuestras dudas e "ignorancia", pues ese racismo no existe. Todo racismo en los alemanes no es, por otro lado, más que una inversión reactiva del supremacismo étnico hebreo, de la patética y repugnante ideorra tarada del "pueblo elegido"; un virus vehiculado a la cultura alemana a través de la misma sinagoga (playa de desembarco del cristianismo en Europa) que mueve los hilos de este montaje pseudo filosófico, quizá a la espera de alguna sustanciosa subvención de la AIPAC. Sólo la impostura y la más absoluta deshonestidad intelectual, disfrazada de victimismo anti-institucional y presunta rebeldía, puede pretender presentar esta obscena falsificación de Nietzsche como la cima de lo políticamente incorrecto, cuando en realidad estamos hablando de Convivència Cívica Catalana y del Partido Popular del genocida prosionista José María Aznar.

¿Tendremos que recordarle a los (pseudo) "insurrectos" de AGON cuáles fueron las opiniones de Nietzsche respecto de lo que el autor del Zaratustra denominó las "ideas modernas"? ¿O refrescar la memoria sobre el hecho que Nietzsche condenó el democratismo, el liberalismo, el humanitarismo, el socialismo..., de la Alemania de Bismarck, y sólo por este motivo repudió su nacionalismo, insuficientemente anticristiano (o sea: todavía "judío en exceso")? ¿No podría buscarse AGON otra plataforma para su propaganda filosionista que la obra de Nietzsche, precisamente uno de los enemigos declarados del mundo cristiano-moderno capitalista rejudaizado que encarnan en toda su pureza los Estados Unidos de América?  Véase, como ejemplo de vomitivo literario, la inconcebible mala fe de AGON cuando critica a un espectral ente denominado "los alemanes" por la censura imperante en la cipaya República Federal. Pocas veces en mi vida he podido asistir a la exposición de algo tan cobarde y farisaico siquiera comparable a las siguientes seis líneas de texto:

El alemán, Alemania, como país donde se defiende la libertad de expresión. ¿Libertad de expresión en un país donde gobierna despóticamente lo "políticamente correcto"? ¿Libertad de expresión en un país donde no se puede investigar y discutir libremente de política? ¿Libertad de expresión que se manifiesta en esas censuras de contenidos de todo tipo en Internet? (...) ¿Los alemanes dando lecciones de civismo al resto de los europeos?

Resultaría hilarante, si no fuera indignante, tener que preguntarse por los promotores y las coartadas de esas censuras y recorte de libertades alemanas, que el autor del post denuncia como una consecuencia del nacionalismo alemán, cuando en Alemania lo que está prohibido es precisamente ese nacionalismo y sólo ese, a saber, el propio. Nosotros, que hemos sido censurados una y otra vez en foros de internet alemanes, y ello simplemente por recordar los crímenes de masas perpetrados contra el pueblo alemán por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, tenemos que comunicarles a estos farsantes que, !ay! en Alemania se censura en nombre de las ideas sionistas, las mismas que AGON representa aquí. Y que las ideas censuradas -el afán de desnuda verdad- son las que esta bitácora y otras muchas en el mundo intentan publicitar, pero en las antípodas de AGON y contra todo lo que este cagón representa. Entre otras cosas, aclaramos, representa la prostitución política de la filosofía. Pues, óiganlo transgresores de pacotilla,  AGÓN nunca sería censurado en Alemania. Y ésta es "la prueba del algodón". AGON, hasta que se demuestre lo contrario, está en el equipo de los censuradores, es decir, en el bando de lo "políticamente correcto". !A menos que el cansino mantra de Auschwitz comporte hogaño una arriesgada operación de revuelta cultural! ¿Cuántos denunciantes de los "horrores" de "el Holocausto" están en la cárcel, cesados de sus empleos, multados, asesinados incluso? ¿Nos quiere hacer creer esto el autor del artículo? ¿Nos toma por idiotas? Cuando uno lee las cosas que escribe AGON sobre Alemania, no puede dejar de preguntarse si el autor se burla de la gente, si nos desprecia tan profundamente como para considerarnos incapaces de entender que lo "políticamente correcto" y los lamentos de la Shoah, evacuados sobre las ruinas de 800 aldeas palestinas, son "lo mismo", a saber: el inveterado racismo de la extrema derecha judía, secreta madre de todas las ultras que en el mundo occidental han sido. La casta política de ocupación que gobierna Alemania trabaja denodadamente, desde hace ya medio siglo, al servicio de esta abyección, es decir, de la mayor impostura de la historia, pisoteando una y otra vez cualquier conato de dignificación de la estigmatizada nación alemana. Pero, al parecer, según AGON, cuando se censura a los ciudadanos alemanes que osan preguntar "¿y Dresden?", esta profunda enfermedad del espíritu en virtud de la cual las víctimas de un crimen de guerra no pueden ser recordadas, pues ello atentaría contra los "derechos humanos", constituye una prueba del carácter autoritario de la raza alemana y no de la colonización, sometimiento político-cultural y  constante vejación simbólica del país vencido.

Alemanes "responsables" del gulag. Operación Barbarroja.
Alemania, culpable de la Biblia, la Vendée y el gulag

Es esta confortable impunidad del victimario abonado por la propaganda la que le permite a AGON sostener lo siguiente:

La lengua alemana como idioma en el corazón de Europa. Sí, ciertamente, el alemán está presente en todo el centro de Europa en forma de campos de concentración y de exterminio de seres humanos y en diversos memoriales de todos aquellos asesinatos y genocidios llevados a cabo por los hablantes de ese maravilloso idioma portador de valores y de cultura que es el alemán.

Así, fueron "los hablantes" del alemán quienes cometieron ese crimen incomparable y único que es "el Holocausto". Obsérvse: no "hablantes", sino "los hablantes". En suma, o en AGON desconocen la sintaxis a pesar de sus ínfulas filológicas, o cualquier germanohablante se ha convertido de golpe en un genocida antisemita. Afirmación de indecente racismo (pronunciada desde la más cobarde gratuidad y con el culo propio bien cubierto) que insulta a todas aquellas personas de nacionalidad y lengua alemana perseguidas por el régimen de Hitler, pero también a quienes, alemanes de nacimiento, nada tuvieron que ver con esa época, porque vivieron en tiempos anteriores o posteriores al nazismo. !"Los hablantes" incluirían así... a Goethe!

Prosiguen las injurias y calumnias racistas de AGON:
¿El alemán como idioma de cultura? Sí, de la cultura que quema y censura libros.
!La "cultura" alemana (no, como creíamos nosotros estúpidamente, los censores) fue el misterioso ente suprapersonal que encendía las antorchas para la quema! La cultura alemana se incineraba además a sí misma, pues muchos de los libros destruidos estaban escritos por alemanes y en alemán.
El mismo idioma en el cual K. Marx puso los principios básicos sobre los cuales después se llevaría a cabo el exterminio sistemático de más de 100 millones de seres humanos (...).
Immanuel Kant, filósofo "nazi" de la paz y la razón.


Pero, !ay!, resulta que, entre otros libros, los nazis quemaban Das Kapital, de Karl Marx, aquella obra escrita en la lengua de Goethe a la que el panfleto imputa la responsabilidad intelectual del exterminio comunista. ¿Quizá al destruirla intentaban los nazis impedir la propagación del comunismo cuando éste ya había asesinado a 13 millones de ciudadanos rusos? ¿Tal vez hemos detectado aquello por lo que preguntaba algún cagón, a saber, aquello que los europeos y el mundo deberían a Alemania: la Operación Barbarroja, el más decidido intento de extirpar la tiranía marxista, impidiendo de paso, como "efecto colateral", que setenta y tres millones de nuevas víctimas se sumaran a las ya asesinadas por Lenin y Stalin a la altura del año 1941? Subrayemos, en este sentido, aquello otro que el "mundo" le "debe" a los amigos del cagón, a saber: que el referido intento alemán fuera abortado gracias a la alianza de los United States of America e Inglaterra con el régimen bolchevique, todo ello mucho antes de que "el Holocausto" pudiera incluso utilizárase como indecente excusa para legitimar, olvidar, banalizar y justificar "el exterminio sistemático de más de 100 millones de seres humanos". ¿Quizá las ideas y prácticas marxistas, pese al idioma empleado por el judío Marx, eran extrañas a la cultura alemana y procedían más bien de la cultura bíblica secularizada (un fenómeno que Nietzsche explica muy bien, pero que los manipuladores de AGON se niegan a mirar de frente)? ¿Tal vez  surgiera de ahí la negativa nazi a convertir Alemania en pasto para un nuevo gulag? Amenaza judeo-bolchevique -recordemos el reconocimiento de Solzhenitsyn, pero también de Sartre, respecto del papel protagonista de los judíos soviéticos en el régimen de Moscú-, este fruto tardío de la herencia monoteísta que precediera a Auschwitz (Ernst Nolte) es el enemigo absoluto contra el cual bátese la "malvada" Alemania. ¿No se le cae la cara de vergüenza a AGON por cargar también en la cuenta de "los alemanes" las atrocidades cometidas por aquel régimen totalitario contra el cual Alemania más encono pusiera, dejando en el campo de batalla a millones de caídos? Quizá aspectos harto repudiables del fascismo proceden de otro judío, el nacionalsocialista hebreo y racista de izquierdas Moses Hess, maestro de Marx, quien odiaba a Alemania tanto como admiraba a Francia. Quizá la teorización moderna del racismo y del fascismo aparece motu proprio en Francia y Gran Bretaña, no en Alemania. Preguntas y más preguntas...

Un nietzscheano no puede ignorar todas estas cuestiones, por lo tanto habrá que atribuir a un  fraude consciente la cómoda impostura de AGON. En este sentido, esperar que AGON admitiera lo más escandaloso de todo el asunto, a saber, que esos 100 millones de víctimas del marxismo-leninismo (no, por cierto, de la filosofía de Marx) fueron asesinadas bajo la acusación de "fascistas" y que, gracias al género de discurso producido por gentes como AGON, el mayor genocidio de la historia humana siga esperando su tribunal, sería demasiado esperar. Si tamaño evento se produjera un día, el cagón precipitaríase en agonía al entrar en contacto, por una vez en su vida y durante un fugaz segundo, con un milígramo de verdad, algo que este "filósofo" de la hipocresía racial (el nacionalismo judío de extrema derecha) no podría soportar, cayendo ipso facto fulminado.

Prosigue así AGON con su artículo, bochorno de la filosofía, descarado, abyecto, mezquino y risible sometimiento al poder oligárquico que gobierna el hemisferio occidental so capa de rebeldía, libertad intelectual y no se sabe qué repulsivas e interesadas contorsiones más:
El maravilloso alemán mediante el cual tanto I. Kant como J. Fichte defendieron y justificaron los crímenes y los asesinatos de la Revolución Francesa. El mismo idioma en el cual Hegel teorizaba la sumisión del hombre ya no a Dios, sino al Estado. El maravilloso alemán de la sumisión de Hegel que fundamentaría ideológicamente a los dos movimientos más criminales del siglo XX, es decir, el comunismo y el nacionalsocialismo.
Culpables de las masacres  revolucionarias y napoleónicas
francesas. Alemanes (prusianos) en Waterloo.
Los crímenes y los asesinatos de la Revolución Francesa, señor cagón, fueron justificados, en todos los idiomas, por personas que denunciaban precisamente la sumisión, el autoritarismo, el obscurantismo y demás demonios del progreso, en suma, por individuos y grupos que agitaban la jerga liberal-libertaria actualmente reproducida por AGON sin ningún atisbo de originalidad pero con el mismo afán estigmatizador y trasfondo criminógeno. Basta entrar en la página de la asociación del puto cagón para leer los aplausos de la misma a la política de fuerza norteamericana contra Irán, la cual, sin duda, dará resultados similares a los que ya diera en el pasado el discurso liberal en orden a la consecución de sus objetivos: justificar los crímenes y asesinatos que deban cometerse en nombre de la bella causa de la "libertad". Pero lo harán en inglés, la lengua de Hiroshima y Nagasaki, en hebreo (la lengua del racismo monoteísta originario, estructural y esencial, con sus consecuencias genocidas inherentes), en francés (la lengua de quienes no sólo justificaron los crímenes de la Revolución Francesa, sino que, de propina, y esto parece no poco, los cometieron). ¿Hablamos del español como la lengua del exterminio de los indios de América? ¿Del español de CCC como idioma de la esclavización de millones de personas de raza negra -en negocios regentados muchas veces por marranos, judíos conversos, todo hay que decirlo- después de que la mano de obra precolombina hubiera casi desaparecido tras décadas de salvaje explotación? ¿Hablamos del destino de los americanos autóctonos ante los colonos puritanos desembarcados cual plaga letal desde la "ejemplar" Inglaterra? ¿O del futuro deparado a los palestinos ante la invasión del extraterrestre sionista ponedor de huevos-colonias? ¿Y qué decir de los 50 millones de personas que cada tres años han perecido de hambre y miseria en el Tercer Mundo para sostener el maravilloso paraíso liberal que Francis Fukuyama, el teórico de las buenas personas como cierto cagón, celebrara en calidad de "fin de la historia"? Por si un AGON cualquiera no se había enterado, fundamentaríase este deseado y a la postre frustrado orgasmo soteriológico en la filosofía del alemán Hegel, pues Hegel es un filósofo tan genial, alemán por cierto, que todo bicho viviente, fascista, comunista, demócrata liberal o lo que sea, pretende que es Hegel precisamente quien le avala. !Otra cosa es tener la certeza de que Hegel hubiera aceptado de buen grado tales familiaridades! Mucho nos tememos que el miserable cagón no parece muy capaz de distinguir entre una cosa y la otra.

Georg Hegel, cumbre alemana del pensamiento
occidental y genocida sistemático.
Alemania debería seguir, en fin, el ejemplo de EEUU con los indígenas de los Apalaches o los negros esclavizados; o el de Francia con los países ocupados por Napoleón y, mucho antes, con las masacres de civiles alemanes (1/4 de la población civil exterminada) durante la Guerra de los Treinta Años; o el de España con su "cristianización" empresarial de las Indias... Como sabemos, todos estos países llevan siglos indemnizando a sus víctimas. ¿Y qué decir de Inglaterra, verdadero modelo de honestidad, espiritualidad o desinterés, esa "famosa raza de la isla" (Churchill) que aporta a la humanidad los más señeros filósofos y músicos, además de los campos de concentración inventados durante la guerra boer? Alemania debe cumplir igual que cumple Rusia por los 14 millones de víctimas del Holodomor ucraniano o China por los 65 millones de exterminados bajo el maoísmo... En este sentido, y como es de dominio público, EEUU, que arrojó bombas atómicas sobre civiles sólo por error, algo que no afecta a la lengua inglesa en tanto que vehículo de la inmundicia universal, ha saboteado el comercio chino y mantendrá dicha medida "moral" hasta que no se depuren responsabilidades por los genocidios pekineses; hasta que, en suma, la República Popular respete los derechos humanos y deje de aplicar un plan de genocidio sistemático contra el Tíbet. Dicho bloqueo americano, como también sabemos, se ha concretado en una cláusula de nación más favorecida, algo que ha aterrorizado a los comunistas chinos, como provocó diarreas a Stalin la ayuda recibida de EEUU para derrotar a la bestia Hitler y poder seguir exterminando "fascistas" de dos meses de edad a lo largo y ancho del planeta entero. Alemania ha de cumplir como ha cumplido Israel por la Nakba. !Que cumpla Alemania! !No vaya a ser el único país impune de las espantosas fechorías (aunque sean inventadas, algunas de ellas, en Hollywood) que jalonan la historia! !Qué objetivo y justiciero es este AGON! !Comprensible rigor con Alemania, teniendo, como tenemos, pruebas tan evidentes de "el Holocausto" que el propio Daniel J. Goldhagen admite que toda la narración sobre las cámaras de gas es una exageración carente de fundamento!

La libertad intelectual es el único interés de AGON. AGON da lecciones de moralidad científica a toda la Facultad de Filosofia de la UB. Ya hemos leído sus escritos, las quejas sobre cómo se negaron a encumbrarle, precisamente debido a sus sacrificios en defensa de la verdad, o sea, de Hollywood. Pensaba el cagón que con unas simples genuflexiones sinagogales se le abrirían las puertas del paraíso americano, pero la cosa no funcionó: a la sinagoga le sobran los aduladores. Mal negocio. Nos solidarizamos con AGON porque AGON es el único filósofo decente y verdadero en Cataluña, por ello debe de votar al PP, dechado de honestidad política que imita las pautas de conducta de EEUU con los indios, los negros, los palestinos, los japoneses, los vietnamitas, los iraquíes y tantos otros "beneficiarios" de la "cultura anglohablante", o sea, del club filosófico "voilà Hiroshima y toma Nagasaki de propina, que yo soy demócrata y elegido de Yahvé". ¿No es verdad, AGON, que usted es "una persona decente" como el Soldado Ryan (!lágrimas, por favor!) y le da consejos a Obama para acojonar a Irán? Lo sabemos: ustedes, los buenos liberales sionistas sin tacha ni muerto alguno en el armario, tienen derecho a todo por una noble causa, una querencia que le hubiera encantado analizar a Nietzsche, médico de las "nobles causas"... Que se autodenominen ustedes, empero, nietzscheanos, es precisamente lo que clamaría al cielo, de no ser porque el cielo consiste, precisamente, en esa cerdada denominada dios por las religiones monótonoteistas.

Más odio germanófobo de AGON:
Sí, el alemán es un idioma portador de valores, de valores tan edificantes como la sumisión, la obediencia ciega y el exterminio.
Cómplices de la Vendée. Prusianos (alemanes) caídos en Valmy (1792)
en la lucha contra la sanguinaria Revolución Francesa.
Cambiemos pues, el alemán por "los idiomas del sur" y leamos la Biblia. Verbi gratia, el sacrificio de Isaac. Ejemplos de autonomía moral, no como Kant, obediente esclavo de la Razón, esa déspota, espantosamente cruel comparada con el amoroso dios judío del anatema. Pero también "los alemanes", ya lo hemos visto, son responsables de la Biblia judía, no menos que del gulag marxista. AGON otra vez:

El idioma alemán como parte de nuestra identidad europea. Pero, ¿qué ha aportado el alemán al patrimonio cultural europeo heredado de los pueblos griegos y latinos? ¿La quema y destrucción sistemática de libros? ¿La idea de la sumisión, del Estado único, de la obediencia incondicional, del "deber absoluto" de Kant? No en vano, el alemán es la lengua de Martin Lutero, aquel que "liberó" al hombre de la tiranía del Papa para someterlo a Dios a través de un alemán, eso sí, maravilloso, como se puede observar en su famosa traducción de la Biblia, el libro que ha esclavizado espiritualmente a Europa durante más de dos mil años.

El alemán es culpable de todo, de la sumisión a Yahvé (dios de los germanos, como todo el mundo sabe), pero también de la "sumisión"... !a la razón! (Kant). "Culpable" de la heteronomía (religión) y de la autonomía (Kritik der praktische Vernunft) morales; de la "tiranía" de Dios sobre el Papa, pero también de la "tiranía" del Papa sobre Dios. Incluso debe de ser culpable de que exista en el mundo una boñiga pseudo filosófica como el cagón, visto que esta asociación dice inspirarse -aunque sólo los manipule descaradamente- en los escritos del pensador alemán Friedrich Nietzsche. AGON for ever:

No es nada casual el hecho de que el cristianismo se haya mantenido en territorio europeo y haya sobrevivido gracias a los germanos de las selvas descritos por Tácito en el siglo I d. C.: primero con el obispo Ulfilas, quien inventa el alfabeto gótico para traducir la Biblia, y después con Lutero, el alemán -y no el latín o los idiomas del sur- se ha convertido propiamente en la lengua de identidad y expresión del cristianismo en Europa (no deja de ser una ironía de la historia que la persona más conservadora y que más ha hecho por defender la causa del catolicismo en la segunda mitad del siglo XX sea un alemán, Josep Ratzinger, quien además, es ahora Papa de Roma).

¿El alemán la lengua de la identidad cristiana en Europa? Pero, ¿cuántos españoles, franceses, italianos o ingleses cree un pequeño cagón que entienden el alemán? Parece que AGON, desde su "genialidad", puede inventarse literalmente cualquier dato objetivo sin  necesidad de  la más mínima comprobación estadística, sociológica e historiográfica, por no hablar del sentido común. Pues no parece que los creyentes cristianos pasaran del latín a sus respectivas lenguas vernáculas (algo que sólo sucedió de forma masiva en los países reformados) para tener que aprender el alemán a fin de poder relacionarse directamente, sin mediación sacerdotal, con la "palabra de dios".

El criminal de guerra W. A. Mozart.
Las salchichas de Frankfurt son alemanas, las hamburguesas son alemanas (de Hamburgo), el agua de Colonia es de Köln, los franceses son alemanes (antiguos francos, pueblo germano, procedentes de Franconia, región de Alemania), los ingleses son germanos anglos y sajones (anglo-sajones), el inglés es una lengua germánica; Beethoven, Mozart y la música clásica en general, esa actividad de asesinos en serie, son cosas sospechosamente alemanas; la ciencia, la matemática, la filosofía modernas..., todo está repleto de alemanes culpables de cualquier evento que haya podido acontecer como consecuencia de la existencia de tan infames fenómenos culturales. Si un cretino integral llamado Antonio -es un decir- murió de una indigestión por comer demasiadas salchichas de Frankfurt, ¿no tendrá la culpa Alemania? ¿Y no construyó Alemania los cohetes y aviones a reacción, futuros misiles, naves espaciales e instrumentos sofisticados de guerra, aunque los misiles los lancen ahora Estados Unidos, Rusia, China, Israel...? ¿Y la industria química? ¿Y la bomba atómica? Si se tradujeron al alemán los escritos de un perturbado que decía ser dios o elegido de dios, entonces Alemania es culpable de los homicidios que ese asesino o sus seguidores hayan podido cometer después. La causa está en la traducción, no en el criminal, quien quizá escribía originalmente en una irénica e inofensiva lengua. De ahí que Alemania sea la responsable par excellence de cualquier fechoría habida y por haber, pero también de la reforma y de la contrarreforma, del ateísmo y del integrismo religioso, del comunismo y del anticomunismo, de la heteronomía y de la autonomía moral, de la civilización y de la barbarie, del racionalismo y del irracionalismo, de Lutero y del Papa...
Nada más parecido al antisemitismo que la germanofobia de cierto AGON:
El alemán como expresión de una cultura que ha de mostrar el camino de la tolerancia y de la paz, de una paz que ha de ser, como argumentaba Kant, "eterna", de una paz, en definitiva, que se conseguirá el día en que Europa se convierta en un inmenso campo de concentración nacionalsocialista y la bota alemana con la esvástica incrustada pueda pasearse de nuevo a sus anchas y mostrar al mundo todo el odio y el resentimiento que lleva dentro.

Culpables del comunismo. Berlin. 1945: alemanes caídos  
en la cruel guerra contra el tirano Josef Stalin apoyado por
los "demócratas" Churchill y Roosevelt.
En este punto empezamos a dudar, precisamente, de la "idiosincrasia moral" del propio cagón. Porque tomarse en serio la idea de que en el siglo XXI la República Federal de Alemania vaya a invadir Europa para convertir el continente en un Konzentrationslager nazi sólo podría pretenderlo alguien que lleva mucho odio y resentimiento dentro de sí, "en definitiva", un germanófobo delirante, del que cabe dudar, como poco, sobre su "equilibrio sináptico". Al parecer, AGON "razona" (¿?) de la siguiente manera: Kant defiende una paz eterna, por tanto, esa paz eterna equivale a "un campo de concentración nacionalsocialista" bajo la "bota nazi" con "la esvástica incrustada". El problema es cómo se pasa de una cosa a la otra. No, desde luego, mediante un razonamiento lógico, pues no existe conexión argumental alguna de la cual se pueda derivar "campo de concentración nazi" a partir del concepto kantiano de "paz perpetua" expuesto en el ensayo del mismo título. De hecho, La paz perpetua (1795) inspiró el proyecto eminentemente liberal de una Sociedad de Naciones (Truyol Serra, A., La paz perpetua, Kant, I., "Presentación", Madrid, Tecnos, 1989, p. XXI):
Es sabido que esta idea ejerció una gran influencia a lo largo del siglo XIX y en el XX, hasta la creación de la Sociedad de Naciones, promovida por el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, y cuya denominación inglesa, League of Nations, es más semejante a la alemana, Völkerbund, que se encuentra en Kant.
La mencionada conexión no es, en consecuencia, lógica: guarda parentesco con el odio y resentimiento germanófobos del occidente franco-británico en decadencia, aterrorizado por la pujanza de una Alemania ascendente a principios del siglo XX.  Fenómeno éste, la demencia vansitarttista, muy anterior a las dos guerras mundiales y que la Shoah no permite "comprender" (=perdonar). Por otro lado, trátase de un proceso psicológico típico, a saber, la proyección y retorno, en forma de temor a una agresión, de las propias producciones mentales y deseos agresivos rechazados. Cuando el germanófobo calumnia a Alemania, en realidad nos muestra su propio paisaje interior. En este artículo (y otros) es tan clara esta proyección, tan evidente el racismo, que cualquier persona con dos dedos de frente se daría cuenta de que no estamos ante un texto filosófico, sino ante un striptease psicológico, cuando no ante un interesante expediente psiquiátrico. El cagón resume la historia del fascismo: de tanto temer y combatir la barbarie bolchevique, se convirtieron los propios fascistas en bárbaros. Decía, en efecto, Nietzsche que si contemplas el abismo, ten cuidado, pues el abismo también te mira a ti. Pero cabe añadir un matiz no insignificante al caso que nos ocupa: el puto cagón de mierda, a diferencia de los fascistas alemanes, quienes lucharon hasta la última gota de su sangre contra una ideología que terminó exterminando a 100 millones de personas (o sea: un peligro real), sólo combate fantasmas emanados de su psique, siendo así que nada hay más anti-nacionalista alemán que la actual República Federal de Alemania. La "amenaza germánica" es una fantasía  fabricada para despistar a analfabetos filosóficos. El verdadero peligro, hoy, se denomina Estados Unidos de Israel, no por casualidad la fuerza agresiva con que este cobarde culo cagado se identifica al mismo tiempo que proyecta su agresividad sobre un nacionalismo alemán puramente imaginario. AGON es un ultraderechista sionista y un ejemplar típico del "antifascista" descripto por Orwell. El universo paranoico que envuelve al cagón es la construcción enfermiza que debe legitimar su propia agresividad como una justificada "defensa" ante cierto diabólico ataque exterior (11-S, armas iraquíes de destrucción masiva, programa nuclear iraní y, cómo no, "los nazis"...). Aquí tenemos, en definitiva, al auténtico AGON: muestra casera, pero de laboratorio, es decir, rigurosamente exacta, de la subjetividad sionista que caracteriza a la casta política occidental embarcada en el proyecto de una Tercera Guerra Mundial.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vivimos ciegos, absortos en nuestra propia ignorancia. Hace poco que comencé a leer este blog, de hecho, me faltan un monton de entradas por leer, pero estoy asombrada del tiempo que se pierde en cosas totalmente absurdas, del tiempo que he perdido personalmente, dejando escapar todo un basto conocimiento, es que es acojonante,vivimos en la más absoluta inopia, estoy ahora mismo como en estado de shock, no sé como expresar el asombro, el.. enfado, no sé, es una mezcla de sentimientos de todo tipo, siento orgullo, y pena a la vez, estoy.. en un estado de completa ambivalencia. En serio, seguir escribiendo, necesito libros y librerias, no hay nada, es increible, estoy descurbiendo un nuevo mundo ante mis ojos, acabo de recibir una bofetada de realidad en mi cara.

Jackobs dijo...

Nihil obstat, un buen art. q viene a ser un más de lo mismo, gran parte de lo q aquí se dice son obviedades. En mi opinión es perder el tiempo rebajarse a la altura de impresentables como P.J.Ramírez y CAGON para replicarles en detalle. Cualquier persona medianamente inteligente y en su sano juicio no daría jamás credibilidad alguna a ese tipo de afirmaciones, si aún se mantienen es únicamente por el enorme esfuerzo de lavado de cerebro q de forma incansable difunden los medios, en este sentido hago mía la frase: " …ya no necesita el "agónico" "filósofo" fundamentar nada. Cuenta con la complicidad de una enorme masa de lobotomizados cinéfilos y cajatontófilos."
Eso no es filosofía, no implica ningún proceso creativo, es apología del sistema oligárquico q nos gobierna. Nosotros en cambio si pretendemos crear algo nuevo, por favor no perdamos ni nuestro tiempo ni nuestras energías en dar cancha a estos miserables. Si no fuera por las ayudas económicas q nos está prestando Alemania ahora mismo los Cagones de turno en lugar de "filosofar" estarían recogiendo olivas.

Anónimo dijo...

Necesaria e importante información. Desgraciadamente, la mayoría de la población acaba tarareando la melodía de CAGON y demás germanofóbicos.

La importancia de que esta caza de brujas del pasado termine, es que afecta al presente y al pasado de la humanidad, de la racionalidad y del pensamiento. Mientras el único pensamiento que se acepte y discuta sea el que se adapta a lo que pueden procesar las masas lobotomizadas,seguirá siendo importante que se siga denunciando esta caza de brujas "germánicas".

Anónimo dijo...

Cuando el germanófobo calumnia a Alemania, en realidad nos muestra su propio paisaje interior.

Frase lapidaria, solo por la cual me ha merecido la pena leer este artículo, además de que de manera veraz refresca y renueva conocimientos culturales a veces poco claros.

ENSPO dijo...

Gracias a todos por vuestras respuestas, incluidas las críticas. Es cierto que algunas de las cosas afirmadas en el post son obviedades, pero, no lo olvidemos, obviedades que se han "obviado" y que para muchas personas suponen auténticos descubrimientos con implicaciones vinculantes incluso en lo que respecta a la identidad personal.