viernes, junio 05, 2015

El ocaso de los dioses. Marcha fúnebre de Sigfrido.



La verdad absoluta de la muerte "heroica", gratuita, sin compensación, sólo por mor de la comunidad nacional, es nuestra única "fe". El genuino auto-sacrificio excluye la vida eterna, el más allá, el paraíso o cualquier otra imagen similar... Realízanse sólo por deber y honor: en eso consiste su valía. El concepto teológico o religioso de la salvación equivale a fomentar un trato horrendo, propio de mercachifles, con lo sagrado. A partir de ese momento, el virus moral del "yo" presuntamente inmortal irá poco a poco corroyéndolo todo.

Mientras la idea pagana originaria e inmemorial no arda de nuevo en nuestros corazones con una pasión inexorable y dejemos, en consecuencia, de ser cristianos, el "patriotismo" se reducirá a mera farsa. Porque Jerusalén, con semejantes cartas, siempre gana la partida.

Pongamos fin, pues, a la mentira de Jesús de Nazaret. Unos extranjeros la difundieron hace milenios por estas tierras de héroes y mirad la cobarde degeneración, ved en qué nos hemos convertido. De la verdad tendremos que volver a ser conscientemente, en vida, testimonios e instrumentos. !Hete aquí el dios de nuestros antepasados europeos!

Quien quiera oír, oiga.

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica
5 de junio del 2015

Dresden en ruinas (1945).

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